Desde agosto de 2024, Francia y otros países europeos enfrentan una nueva epidemia de fiebre catarral ovina (FCO), una enfermedad viral transmitida por los mosquitos picadores, también conocidos como Arabis. Esta epidemia, que ya ha afectado a numerosas granjas, representa una amenaza seria para los agricultores y la salud de su ganado. Con más de 190 focos confirmados en diez departamentos franceses, los ganaderos deben tomar medidas imperativas para combatir la propagación de la enfermedad.
La fiebre catarral ovina es una enfermedad viral que afecta principalmente a las ovejas, pero también puede afectar a otros rumiantes como los bovinos y las cabras. Esta enfermedad es causada por el virus de la fiebre catarral ovina (BTV), que se transmite principalmente por dípteros hematófagos del género Culicoides, comúnmente llamados ‘arabis’.
Los animales infectados pueden desarrollar síntomas como fiebre alta, inflamación de las mucosas, salivación excesiva, así como edemas y lesiones bucales. En algunos corderos, puede ocurrir cianosis de la lengua (una coloración azul debido a la falta de oxigenación de la sangre), lo que da nombre a la enfermedad de la «lengua azul».
La transmisión del virus se produce principalmente por la picadura de mosquitos contaminados. Estos insectos proliferan especialmente en ambientes húmedos y zonas pantanosas, que son propicias para su reproducción.
Para luchar eficazmente contra la fiebre catarral ovina, es esencial adoptar un enfoque combinado. La vacunación representa una medida preventiva clave, especialmente contra el serotipo 3, que actualmente circula en gran medida en Francia. Sin embargo, la vacunación solo cubre ciertos serotipos del virus. Por lo tanto, también es crucial implementar estrategias de lucha antivectorial preventiva para controlar las poblaciones de mosquitos (Arabis), principales vectores de la enfermedad.
Aquí es donde Qista interviene como una herramienta complementaria, con una solución sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Las estaciones Qista están diseñadas específicamente para capturar dípteros hematófagos, incluidos los culicoides como los Arabis. Así contribuyen a reducir su población en áreas específicas, disminuyendo así el riesgo de transmisión del virus en las granjas. A diferencia de los insecticidas tradicionales, las estaciones Qista ofrecen una solución ecológica sin impacto tóxico en el medio ambiente, asegurando al mismo tiempo una protección duradera para los animales.
En réduisant la population de culicoïdes, les bornes Qista participent activement à limiter la propagation de la fièvre catarrhale ovine, offrant une protection supplémentaire aux éleveurs face à cette menace.
Dado que la fiebre catarral ovina es una enfermedad compleja, requiere un enfoque de lucha integrado y multidimensional. Las estaciones Qista ofrecen una solución de prevención complementaria al dirigir eficazmente los vectores de la enfermedad. Utilizadas en paralelo con la vacunación y otras medidas de protección, permiten a los ganaderos fortalecer su estrategia de lucha, al tiempo que preservan el medio ambiente gracias a un enfoque respetuoso y sostenible.
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